alguien escribe los poemas
deja en el papel las circunstancias
arrastra la tinta sobre un lienzo
asienta en las paredes
al filo del descanso
en las esquinas de las rosas
o en los hoteles
alguien
deja una pronta impronta
deja la huella enmohecida de suspiros
reta al sol
y redacta con sangre en los helechos
deshilacha los cometas
y con la misma luz
recorre todos los dialectos
alguien
deja versos en los muros del poniente
coagula la sabia en las arenas
anota
la desnudez de las estrellas
habla de los nísperos en tiempos de cosecha
de las olas benditas del invierno
y desnuda los pájaros antes del otoño
ese alguien es un poeta
que vive al revés de los relojes
y se desangra si no llega
se muere si no puede
se asfixia si no intenta
dejar
en cada renglón
la opresión
que empuja desde sus vísceras afuera.